domingo, 1 de mayo de 2011


Abres la maleta, metes el pijama, un par de camisetas y unos vaqueros. Cierras la maleta. Habrá un autobús que te llevará a casa. Se llama huir. Y aunque huir de los problemas nunca ha sido la solución, sentarte delante del mar ayuda a dejar la mente en blanco. 
Y el mar está en casa, el mar es casa. 
Así que Mayo empezará para t i en un autobús ese que tantas veces has cogido antes por el mismo motivo: huir. Ese que, al fin y al cabo, tampoco soluciona nada. Pero a ti te gusta pensar que si.
Y una vez en casa, te sentarás en el sofá y cerrarás los ojos mientras escuchas tu canción favorita, tocada por tu persona favorita. 
Y te quedarás ahí, hasta que pase la tormenta. 
Luego, cuando haya llegado la calma, regresarás a Madrid. Un poco más mayor, con una lección nueva aprendida, un poco más de experiencia en la vida y un par de personas menos en tu lista. Pero entera, y lista para empezar de cero, otra vez. Y sobretodo, con la esperanza de que todo haya sido mentira, aunque sea tan real como el mismo dolor que ha provocado.

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